Reseña histórica: La Libertad, un sueño que se puede lograr
El barrio la Libertad inicialmente fue una de las invasiones generadas en torno a Villatina. Su conformación data de la década de los 70’s cuando se consolida como barrio, pero sus primeros pobladores se asientan a partir de invasiones con viviendas construidas en materiales desechables ya desde finales de los años 50’s. La Libertad se ubica desde la calle 23 bajando por Ratón Pelao hasta la 52 y desde la quebrada la gallinaza hasta la carrera 56B.
Cuando se inicia el proceso de invasión del territorio, los predios que hoy conforman el barrio eran mangas deshabitadas, donde personas de muy pocos recursos, muchos, migrantes del campo u otros sectores de la comuna y la ciudad, encontraron un terreno donde construir una casa para ellos y su familia. En la primera etapa de su poblamiento fue un asentamiento subnormal, que no contaba con los servicios básicos para ser habitados. Las viviendas eran ranchos de madera, cartón y latas, forradas en plástico o cualquier otro material que impermeabilizara el interior, con techo de fieltro, puertas y ventanas de retazos de tela. No existían redes de acueducto, alcantarillado, luz o teléfono. Para esta época, el agua la traían desde un tanque ubicado en la parte alta del barrio (el antiguo tanque) a través de zanjas que las personas hacían en la tierra a cielo abierto. Las aguas negras recorrían los caminos destapados al aire libre provocando graves problemas de salubridad. Posteriormente, algunos habitantes del barrio rompen un tubo del acueducto municipal que llevaba el agua hasta la parte baja de la comuna, y la conducen hasta las viviendas por medio de mangueras. La luz la tomaban de contrabando desde la parte baja de La Planta, para prender al menos una o dos bombillas que era la capacidad máxima del cable.
Hacia 1963 se conforma la primer Junta de Acción Comunal bajo la presidencia del señor Ramón Ramírez. Ya organizada, la comunidad comienza a realizar gestiones para el mejoramiento de viviendas y la transformación del entorno físico; es entonces cuando reciben la ayuda de la Fundación Casitas de la Providencia, institución que emprende el proceso de legalización de predios que lotea y asigna a cada familia los terrenos adecuados para la ubicación de las viviendas. Desde la alcaldía municipal, comienzan a aportar materiales para la construcción de las mismas y la pavimentación de las calles, labor que desempeña la misma comunidad con su mano de obra. La fundación dio paso a la constitución de Corvide.
El nombre del barrio surge en una asamblea comunitaria reunida en el año de 1971, convocada por la segunda Junta de Acción Comunal presidida por el señor Raúl Valencia, fundador, como evocación al logro que habían obtenido respecto a la consolidación del barrio, y lo que representaba esto para las autoridades, con las que habían tenido numerosas dificultades para que aceptaran la construcción de sus viviendas; Libertad de la acción represiva de la policía, que destruía los ranchos construidos con los pocos recursos que tenían, pero que con esfuerzo, empeño y sacrificio levantaban nuevamente.
El medio de transporte existente durante muchos años fue la ruta de Caicedo, que llegaba por la 52 hasta La Planta en carros de escalera, desde donde las personas tenían que subir a pie por los caminos de barro que comunicaban al barrio. Ya con el transcurso de los años la ruta fue extendiendo su cobertura y para inicio de los años 90’s el bus de Sucre-El Pinal 090 que llegaba hasta el sector de manzanares en el barrio El Pinal ubica su terminal donde actualmente esta.
Los niños y niñas de la libertad asistían a dos escuelas cercanas, pues no contaba con ninguna en su territorio. La primera que se construyó, fue la Escuela República del Perú en 1960, en el sector de La Planta: la segunda fue la de Fe y Alegría construida alrededor de 1970 en el Pinal. Solo hasta el 2001 contó con un el Colegio La Libertad, con cobertura en primaria y secundaria. El barrio está conformado por 2 sectores básicamente, que son la Parte Alta o la Libertad 2 y la Parte Baja o la Libertad 1. En su interior encontramos otros sectores como el de Ratón Pelao que comparten con el barrio El Pinal y es vía de acceso principal y el sector de Méjico.
Dentro de las celebraciones que históricamente se realizaron en el barrio la Libertad, están las festividades navideñas y la semana santa. La primera era una verdadera celebración colectiva en la que participaban de diferentes maneras todos los habitantes del barrio. En ellas se hacía natilla y buñuelos en grandes cantidades y se repartían para todas la familias con una gran ambiente de comunidad. También se realizaba el desfile de fin deaño, con la quema del muñeco que tradicionalmente elaboran en diferentes partes, este iba acompañado de toda la familia, que se componía de diferentes habitantes del barrio que se disfrazaban para acompañarlo, con viuda que lo lloraba hasta su muerte, para luego celebrar una vida nueva sin marido como viuda alegre, símbolo de despedida del año que pasa y el nuevo que viene.
En el territorio de la Libertad existen varias familias tradicionales, entre las que sobresalen Las Casas, por su tiempo en el barrio y el empeño comunitario que tienen sobre el barrio. Esta es una familia procedente del suroeste antioqueño, que se instaló en el barrio con el matrimonio de doña Benilda Vázquez y don Prospero Antonio, del que hoy existen sus hijas, las señoras Luz Dary Casas y Noelia Casas. Su vivienda, conocida como la de Las Casas o las Benildas, constituyó un lugar de encuentro y esparcimiento para los habitantes de la Libertad. Allí se reunían a jugar parqués las señoras, cartas los señores y hasta canicas los niños. También se hacía la famosa gelatina de pata, de la que todos los antiguos habitantes tuvieron algo que ver, fuera por su consumo o por que participaban en el proceso de elaboración, revolviéndola con la horqueta, que luego se chupaban los niños por ofrecimiento de la misma Doña Benilda. Este lugar sirvió también de sede social para las celebraciones festivas y las reuniones comunitarias” (Artículo tomado de: “Entre la Quebrada Santa Elena y el Cerro Pan de Azúcar”. Memoria histórica de la comuna 8. Primera edición, Abril, 2009 Frederick Cotuá Muñoz y Diego Andrés Ríos Arango Investigadores).